EVENTOS

Un Camino de Aprendizaje, Compromiso y Mejora Continua

1 diciembre, 2025

El pasado 1 de agosto de 2025, en Flowing Code S.A., alcanzamos un nuevo hito: logramos nuestra primera recertificación de la norma ISO 9001:2015, tras superar con éxito la auditoría realizada por TÜV Rheinland. Más allá del certificado, lo que celebramos es todo el camino recorrido para llegar hasta acá.

Los Primeros Pasos de una Transformación

Cuando iniciamos este proceso, hace algunos años, tuvimos que detenernos para mirar hacia adentro y poner por escrito lo que hacíamos día a día. Definir los procesos, documentar cada actividad y establecer objetivos medibles e indicadores de gestión. Fue todo un desafío. Pasamos de hacer las cosas “como siempre” a preguntarnos por qué las hacemos así y cómo podemos hacerlas mejor. No fue fácil, pero fue el primer paso de una transformación profunda.

La primera certificación nos dio orgullo, pero también nos mostró que mantener un sistema de gestión de calidad no es algo que se logra una vez y ya está. Requiere constancia, revisión y mucho trabajo en equipo. Las auditorías de mantenimiento nos ayudaron a ajustar, mejorar y fortalecer el sistema. Cada observación se convirtió en una oportunidad para crecer y, sobre todo, para aprender.

La Cultura de la Mejora como Motor

A lo largo de este tiempo mejoramos procesos, fortalecimos la documentación y afianzamos la comunicación interna, pero, sobre todo, crecimos como equipo. El cambio se sintió en cada rincón de la empresa. Pasamos de una lógica reactiva —en la que corríamos detrás de los problemas— a una mirada preventiva, más madura y consciente. Hoy ya no esperamos a que algo ocurra para actuar: lo anticipamos, lo pensamos antes, lo construimos entre todos.

Lo más valioso fue ver cómo esa forma de trabajo se fue volviendo natural. Cada integrante de Flowing Code empezó a apropiarse del sistema, a entenderlo no como una exigencia, sino como una herramienta para mejorar lo que hacemos y cómo lo hacemos. Las propuestas de mejora ya no nacen de una reunión o de una auditoría, sino de las conversaciones cotidianas, de una observación atenta, de la voluntad de hacer las cosas un poco mejor que ayer. Esa evolución cultural, silenciosa pero profunda, es quizás el mayor logro de todo este recorrido.

Formar, Acompañar y Dejar Huella

El compromiso con la calidad también nos llevó a mirar más allá de nuestros procesos internos y a asumir un rol más activo frente a nuestro entorno. Entendimos que la mejora continua no solo se mide en indicadores o procedimientos, sino también en el impacto que generamos en la comunidad y en el ambiente. Así, iniciamos un proceso de despapelización integral que nos permitió reducir drásticamente el uso de papel, implementando recibos de sueldo digitales, firmas electrónicas y circuitos administrativos online. Cada documento que ya no imprimimos es un pequeño aporte a un planeta más sustentable, y al mismo tiempo una muestra de eficiencia y modernización de nuestra gestión.

Pero nuestro compromiso no termina ahí. Desde el análisis del contexto y de las partes interesadas surgieron nuevas formas de vincularnos con la sociedad. Hoy abrimos nuestras puertas a pasantías universitarias y prácticas profesionales para estudiantes de secundario, brindándoles la oportunidad de tener su primera experiencia laboral, conocer el mundo del trabajo real y descubrir o fortalecer su vocación. Creemos que acompañar a las nuevas generaciones también es parte de gestionar con calidad: aportar a su formación, inspirarlas y ayudarlas a construir su propio camino profesional. En definitiva, buscamos que cada paso que damos hacia la mejora interna también deje una huella positiva en el entorno que nos rodea.

La Calidad como Camino Permanente

Con cada ciclo del sistema de gestión fuimos ajustando objetivos, redefiniendo roles y adaptando el organigrama a los nuevos desafíos. Lo que comenzó como un requisito formal se convirtió en una verdadera cultura organizacional basada en la mejora continua. Los objetivos de calidad, que al principio eran metas generales, fueron evolucionando hacia propósitos más concretos, medibles y alineados con la estrategia de la empresa. Cada uno de ellos se apoya en indicadores claros, que nos permiten evaluar resultados, tomar decisiones fundamentadas y aprender de la experiencia.

Hoy no medimos solo el cumplimiento, sino también el impacto: cuánto valor generamos, cómo mejoramos la satisfacción de quienes confían en nosotros y qué tanto avanzamos en la eficiencia de nuestros procesos. Los indicadores dejaron de ser números en una planilla para convertirse en herramientas vivas de gestión. Nos muestran el pulso de la organización, nos ayudan a detectar desvíos y nos inspiran a seguir creciendo. Esa mirada analítica, pero también reflexiva, nos enseñó que los resultados más importantes no siempre se miden en cifras, sino en la confianza, la colaboración y el compromiso que logramos construir entre todos.

Esta recertificación no es un punto de llegada, sino una nueva etapa del camino. Seguimos comprometidos con implementar todas las oportunidades de mejora que identificamos junto con los auditores, fortalecer nuestra gestión y continuar creciendo como equipo. Porque en Flowing Code creemos que la calidad no se audita una vez al año: se construye todos los días.

Francisco Abete
By Francisco Abete

Profesional de Recursos Humanos. Auditor de Calidad.

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